El viaje a Europa. Expectativas, exigencias y recompensas del pensionado, 1855-1888
A seis años de fundar la Academia de Pintura en Santiago, su primer director, el pintor napolitano Alessandro Ciccarelli (1810-1879) propuso una económica estrategia para impulsar el desarrollo del incipiente campo artístico chileno. Ciccarelli sugirió enviar a sus estudiantes más aventajados a Roma para continuar sus estudios y perfeccionar sus habilidades a partir del estudio de las obras de los grandes maestros, tal como lo hacían otras academias europeas. Como una retribución a la pensión financiada por el Estado chileno, Ciccarelli indicaba que los pensionistas debían enviar anualmente al país copias pictóricas así como obras originales que sirvieran como modelos para la formación del gusto estético y de la enseñanza de las bellas artes en el país.
Los documentos reunidos en este núcleo temático dan cuenta de una voluntad política por dar forma a un sistema de pensionado para las jóvenes promesas del arte chileno. Se trata de fuentes visuales y escritas, como cartas y proyectos reglamentarios que exponen tanto las expectativas del pensionado, como los procesos del concurso para la obtención del viaje a Europa, sus requisitos y recompensas y las obligaciones que regularían la actuación de los pensionistas en las academias europeas. Influyentes personajes como los directivos de la Academia de Pintura, Alessandro Ciccarelli y Giovanni Mochi (1831-1892), o destacados artistas como Pedro Lira (1845-1912) y José Miguel Blanco (1839-1897) formularon, con diversos grados de extensión y sistematicidad, propuestas para el pensionado de pintores y escultores nacionales en el viejo continente.
Investigación, recopilación y transcripción de los documentos aquí presentes por Juan Eduardo Zúñiga.