Fuentes para mirar el revés del paisaje 2 | Paisaje de Campo

El núcleo Fuentes para mirar el revés del paisaje se propone reconocer las conexiones entre prácticas artísticas y visiones ecologistas, abriendo las metodologías de la historia del arte a la transdisciplina. Para ello, explora la doble condición de las obras e ideas artísticas , al ser tanto la manifestación subjetiva de un momento histórico en específico como un documento que deja registro de un determinado estado de cosas de este mundo.

Este núcleo está compuesto por dos entradas. La primera,  Abarca-Territorios. Devenir en los paisajes de Agustín Abarca: diálogos híbridos entre imaginarios pintados, investigaciones actuales y futuros improbables, ha sido compuesta por la investigadora y académica Rosa Droguett. Obras de pequeño formato, principalmente dibujos y acuarelas conservadas en el archivo familiar del artista, dan cuenta del trabajo sostenido que el pintor realizó a lo largo de su vida para conocer profundamente las formas de la naturaleza silvestre. La pintura al aire libre, los gestos rápidos y sensibles se ponen a dialogar con los conocimientos que diversas disciplinas de las ciencias sociales y ambientales están desarrollando de los lugares retratados por Abarca. De este diálogo emerge la integración de tiempos y la posibilidad de encontrar en las representaciones del paisaje una fuente para la historia ambiental.

La segunda entrada, Paisaje de campo: fuentes para recomponer la Reforma Agraria desde el arte, elaborado por la investigadora Catalina Valdés, reúne libros, folletos, manuales y documentos de diversa naturaleza que explicitan el compromiso de algunos artistas visuales chilenos con los procesos de transformación del mundo rural en Chile durante el siglo XX. Las artes gráficas, principalmente el diseño, la ilustración, el grabado y la fotografía, pero también la pintura, formaron parte del conjunto de herramientas visuales de esta campaña de reforma radical del mundo rural, mostrando una faceta del arte político poco abordada por la historiografía. Más allá de las obras de panfleto a favor o en contra de un determinado gobierno, estas piezas dan cuenta de un arte puesto al servicio de la divulgación de políticas públicas que debían llegar a todos los valles de Chile para ser recibidos por comunidades de identidad diversa, campesinas y campesinos con bajo índice de alfabetización, a veces aislados, a veces sometidos a severos regímenes de explotación. El arte comprometido con la Reforma Agraria abrazó el objetivo de ampliar los imaginarios campesinos también para el patrón de fundo y para el mundo urbano, buscando el apoyo de toda la sociedad para esta revolución popular volcada a la justicia social.


 

Paisaje de campo: fuentes para recomponer la Reforma Agraria desde el arte

La entrada “Paisaje de campo: fuentes para recomponer la Reforma Agraria desde el arte” se constituye con el fin de mostrar el grado de involucramiento de un grupo de artistas plásticos chilenos con el proceso de la Reforma Agraria, principalmente en las décadas de 1960 y 1970.

El hambre y las dificultades de acceso a servicios básicos de educación, higiene y salud, las condiciones de trabajo miserables, la fragmentación de las comunidades rurales por la creciente migración a la ciudad eran problemas que se arrastraban, agravándose, desde fines del siglo XIX. Si bien algunos artistas tomaron estas temáticas como motivo de sus obras estaban, en algunos casos, replicando más una tendencia artística europea (conocida como “cuestión social” y derivada del naturalismo literario) que atendiendo a una real conciencia cívica y compromiso político con la justicia para el campesinado. 

Entrado el siglo XX, el paisaje rural fue motivo recurrente en la obra de pintores como Alberto Valenzuela Llanos, Onofre Jarpa, Juan Francisco González, Celia Castro, Pablo Burchard, Pedro Lira, Rafael Correa, entre otros, quienes dedicaron algunas telas a retratar granjas, animales, viejas cercas, caminos de tierra y los esforzados cuerpos de campesinas y campesinos trabajando la tierra, cosechando. Había, en esos cuadros, una cierta idealización del campo, un tono de nostalgia por un paisaje perdido, escenario de la infancia o de un pasado imaginario: la invención de un lugar tranquilo que contrastaba con la creciente efervescencia de la ciudad. 

La serie de gobiernos radicales del Frente Popular de la primera mitad del siglo contribuyó, en parte, a mejorar las condiciones de vida del campesinado, aumentando la cobertura de centros de educación, salud y saneamiento básico en territorios alejados de los centros de administración pública. Al mismo tiempo, esta secuencia de gobiernos progresistas promovió la industrialización de algunos productos agropecuarios, generando nuevas formas de trabajo campesino. Algunos artistas visuales acompañaron este movimiento generando obras de carácter oficial, principalmente murales en espacios públicos, contribuyendo a la construcción de una imagen nacional que incorporaba la agricultura y la vida en el campo a la narrativa de progreso. Un ejemplo notable es el mural de Laureano Ladrón de Guevara presentado en el Pabellón de Chile de la Exposición de Sevilla de 1929. 

En paralelo, pintores como Arturo Gordon, Álvaro Guevara y Agustín Abarca (reseñado en otra entrada de este mismo núcleo), se dedicaron a recorrer los campos, registrando las transformaciones de la naturaleza y retratando el abandono del mundo rural, cada vez más afectado por la industrialización de los procesos de producción y la creciente migración del campo a la ciudad. Con una actitud más militante, Laura Rodig dedicó trabajos a la divulgación de políticas públicas de educación campesina, murales en escuelas y acciones de educación artística que encontraban un correlato en los trabajos de otros artistas, escritoras, intelectuales y coleccionistas como Gabriela Mistral, Tomás Lago, Pedro Olmos, Juan Uribe Echevarría, Violeta Parra, Margot Loyola entre otros. Formando colecciones y museos dedicados a las artesanías y a los oficios rurales, recopilando y divulgando la música y la poesía oral campesina y abriendo caminos a la creatividad regional, este grupo logró revitalizar tradiciones y colocar la cultura del campo en un lugar de reconocimiento social sin precedentes, algo que –es una hipótesis– puede haber contribuido a la aceptación de la Reforma Agraria que despuntaba a mediados de la década de los 60.

Organizados en sindicatos, apoyados por una rama de la Iglesia Católica y por el movimiento de juventudes políticas progresistas, la Reforma Agraria chilena se afirmó como un proyecto de Estado durante el gobierno de Jorge Alessandri. A diferencia de otros casos de América Latina, el proceso chileno no fue emprendido como una revolución popular sino como un programa público que atravesó –con gradual radicalización– tres gobiernos de diferente tendencia política. La continuidad de los cambios estuvo garantizada por la participación técnica de la Universidad de Chile y el financiamiento de Estados Unidos viabilizado por los acuerdos de la Alianza para el Progreso. De este convenio emerge el Campus Antumapu de la Universidad de Chile, dedicado a las diversas ramas de las ciencias del campo, un complejo arquitectónico concebido por el Taller de Arquitectura y Urbanismo (TAU) ubicado en la comuna de La Pintana (por entonces, una zona aún rural de la capital) que acogió notables obras de arte como el imponente Mural de hormigón (1967) de Eduardo Martínez Bonati o la escultura La segadora (1968) de Samuel Román.

Y en el campo, las mujeres y hombres se iban concientizando de su rol social, profundizando, con cada toma de terreno y formación de agrupaciones agrícolas, su rol histórico en este movimiento que transformó paisajes, medios de producción y formas de alimentación de la población chilena por algunos años. Esta entrada deja espacio a un gran vacío que debiera completarse con fuentes visuales y textuales dedicadas a registrar las diversas manifestaciones de artes populares y artesanías que florecieron por esos años como parte de la reivindicación de un pueblo que retoma los medios de producción y avanza hacia la autonomía alimentaria. 

Pero el Golpe civil-militar de 1973 dejó este programa de reforma nacional truncado, iniciando, a partir de 1980, un movimiento sistemático de contrarreforma, restituyendo la propiedad de las tierras a pocas familias y monopolios, privilegiando la explotación forestal y de otros monocultivos por sobre la producción de alimentos, y desarticulando el tejido social del campo. Buena parte de los artistas ligados a la Reforma Agraria asumieron la resistencia al régimen dictatorial como motivo de sus obras, cerrando así una etapa en la historia del arte político que merece mayor estudio… y abriendo otra.

Los documentos aquí presentados corresponden, en parte, a la selección de piezas gráficas exhibidas en la exposición Paisaje de campo, curada por la autora de esta entrada y abierta al público entre febrero y mayo de 2022 en el Centro de Extensión Palacio Pereira del Ministerio de las Culturas, las artes y el patrimonio. En dicha exposición, las fuentes estaban presentes como objetos exhibidos entre obras de artes plásticas y audiovisuales, herramientas de trabajo e investigación del campo y piezas de artesanía que, puestas en diálogo, buscaban desdoblar la noción de paisaje para mostrar las muchas dimensiones de un lugar que es también una cultura, una historia, una forma de economía, un lugar de disputa, resistencia y degradación socioambiental, un patrimonio y un bien común. Los presentamos aquí en orden cronológico, esperando que sirvan como antecedentes para nuevos estudios de historia social del arte chileno.

Investigación y recopilación de los documentos aquí presentes por Catalina Valdés. Con una formación interdisciplinaria en historia del arte, literatura y estudios culturales, Valdés trabaja como investigadora, curadora y gestora de proyectos culturales. Entre sus motivaciones principales está la investigación colectiva e interdisciplinaria que vincula historias del siglo XIX y XX con problemas del presente, así como también la difusión de estas cuestiones entre públicos no académicos. En su investigación se dedica a temas que cruzan la historia del arte, de las ciencias naturales y de la naturaleza con especial interés en los modos en que culturas americanas de diversas épocas han construido sus paisajes, valiéndose de la artesanía y las artes formales, la imagen científica y las diversas modelizaciones contemporáneas. Se interesa especialmente por comprender los alcances de la interacción transdisciplinaria entre artes, ciencias ambientales y defensa del medioambiente. Aborda estos temas con la intención de contribuir a una cultura de la naturaleza más consciente y comprometida con los desafíos de la crisis socioambiental que marca nuestro tiempo.


 

Lectura de referencia

ANAMURI. Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas. https://www.anamuri.cl/

Bengoa, José. Historia rural de Chile central. tres volúmenes: I. Crisis y ruptura del poder hacendal; II. La construcción del Valle Central de Chile; III. Reforma Agraria y revuelta campesina. Seguido de un homenaje a los campesinos desaparecidos. Santiago, Lom, 2015.

Berger, John. Trilogía De sus fatigas: Puerca tierra [1979], Una vez en Europa [1989] y Lilac and Flag [1990]. Madrid, Alfaguara.

Carvajal. Yuri. “La invención de la leche: Arqueología de una fragilidad”. El Ciudadano, 21-12-2014. Disponible en la web de la Escuela de Salud Pública – Universidad de Chile.

CONAGRO. Confederación de Federaciones de Sindicatos Campesinos y Trabajadores del Agro de Chile. https://www.conagro.cl/.

Guerrero, Cristián y María Soledad Valdés. Historia de la Reforma Agraria en Chile. Santiago: Editorial Universitaria, 1988.

Larroucau, Andrea (Ed.). De lo artesanal a lo industrial: 150 años de producción láctea en Chile. En prensa.

MNBA. Laura Rodig. Lo que el alma hace al cuerpo, el artista hace al pueblo. Catálogo de exposición curada por Gloria Cortés. MNBA: Santiago, 2020. Disponible en www.mnba.gob.cl/sites/www.mnba.gob.cl/files/images/articles-95304_archivo_01.pdf.

Pfeiffer Jakob, Marco; Gertosio Swanston, Rodrigo y Pedro Calandra Bustos. Antumapu Patrimonial. Libro y plataforma digital que recupera la memoria y los archivos del Campus Antumapu, Facultad de Ciencias agronómicas y forestales de la Universidad de Chile. https://www.patrimonioantumapu.cl/

Salón Oficial. Catálogo de Exposición de Bellas Artes. Salón Oficial de 1922. Santiago: Imprenta Lagunas, 1922. Disponible en: www.mnba.gob.cl/publicaciones/catalogo-exposicion-de-bellas-artes-salon-de-1922

Valdés, Catalina. Catálogo de exposición Paisaje de Campo. Centro de Extensión Palacio Pereira, febrero-mayo 2022. Disponible en: https://www.cultura.gob.cl/publicaciones/catalogo-exhibicion-paisaje-de-campo-centro-de-extension-palacio-pereira/

Valdés, Ximena; Montecinos, Sonia; De León, Kirai y Macarena Mack. Historias testimoniales de mujeres del campo. Santiago: Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (CEDEM), 1983. 

Valdés, Ximena. De la dominación hacendal a la emancipación precaria. Historias y relatos de mujeres: inquilinas y temporeras. Santiago: Universidad Academia de Humanismo Cristiano, 2021. 

Williams, Raymond. El campo y la ciudad [1973]. Prólogo de la edición en español de Beatriz Sarlo. Traducción de Alcira Bixio. Buenos Aires: Paidós, 2001.

Documentos

Lechería [Manual de orientación para la industria lechera]



Enrique Matte Eyzaguirre
Santiago, Imprenta La Ilustración, 1919.

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Este documento pone de manifiesto los cambios que se introducen a comienzos del siglo XX, tanto en el mundo del arte como en el mundo del campo y ejemplifica la integración de estas dos esferas que pocas veces se observan relacionadas. La llamada “cuestión social” y  la búsqueda por un arte nacional son temas que ocupan la agenda artística del período. En paralelo, cambios de hábitos en el trabajo rural, como la estandarización de productos y especies de plantas y animales, o la industrialización de procesos como la pasteurización de la leche, son preocupaciones del Estado y de los propietarios de tierra que promueven (o, en algunos casos, se resisten a) la profesionalización y consecuente tecnificación de la producción agropecuaria del país. En ambas esferas está actuando el llamado movimiento higienista, que entiende la pobreza, la precariedad de la salud y de la educación del pueblo como problemas de carácter público que deben ser abordados desde la visión pragmática que difunde la ciencia positivista.

La difusión del manual Lechería de Enrique Matte (1919) contribuyó a estandarizar la producción de leche promoviendo, entre otras cosas, la introducción de razas de vacas lecheras que fueron sustituyendo a los tipos criollos, aclimatados en Chile desde el tiempo de la colonia. El autor del manual dedicó su libro a la memoria de su hijo, el pintor Enrique Matte Blanco, fallecido joven, destinando las ganancias que obtuviera por él a financiar el conocido “Certamen Matte”, instaurado en el Salón de 1922. Durante las siguientes dos décadas, el premió se destinó a los artistas que se presentaban al Salón Nacional con obras de motivos “patrióticos y educativos”. En palabras del Reglamento del Salón Oficial de 1922, las obras que se presentaban a este certamen debían referirse, entre otras temáticas patrióticas o educativas, a: 

“Escenas del cultivo de la tierra; de faenas rurales; de la vida del campo; de animales útiles al hombre o de otros temas que se relacionen con la agricultura, como un medio de inducir al trabajo agrícola que tiene tanta influencia en el mejoramiento de condición de todas las clases sociales”.

[ Colección Biblioteca Nacional de Chile ]

Mi tierra: silabario para adultos



Alfonso Power (texto), Laura Rodig (ilustraciones)
Santiago, Dirección General de Educación Primaria, 1947

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El proceso de alfabetización rural impulsado por el Ministerio de Educación a mediados del siglo XX fue, sin duda, una de las grandes reconfiguraciones del paisaje humano del campo. La escuela rural se convirtió en el centro de cada localidad. Silabarios, manuales, planes de capacitación y la introducción de técnicas y normas de producción estandarizadas comenzaron, si no a sustituir, por lo menos a convivir con los conocimientos intuitivos y heredados de quienes habitaban la ruralidad. 

Este silabario para adultos es un ejemplo del compromiso de algunos artistas de mediados de siglo con las políticas públicas fomentadas durante el ciclo de gobiernos radicales que establecieron las bases institucionales para un Estado benefactor. Laura Rodig, artista multifacética y activista de las causas feminista, campesina y mapuche, se dedicó con admirable convicción a fomentar la educación a través del arte y valorizar la cultura popular. Sus ilustraciones en este silabario son una muestra de ello: con un trazo grueso que casi parece el de la xilografía de la Lira Popular, la artista explicita sin complejos la relación literal de la imagen con el texto, cultivando la función didáctica de la ilustración. En este silabario se promueve un ejercicio de lectura de complejidad progresiva y, al mismo tiempo, se aprovecha la ocasión para fomentar la cultura cívica del campesinado, llegando, en las páginas finales, a hacer un llamado al cooperativismo, base del futuro movimiento de la Reforma Agraria.

[ Colección Museo de la Educación Gabriela Mistral ]

Cantos a lo divino y a lo humano en Aculeo. Folklore de la Provincia de Santiago



Juan Uribe Echevarría
Santiago, Editorial Universitaria, 1962

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La cultura popular, denominada desde comienzos del siglo XX con el término de origen alemán “folklore”, o con el término de origen francés “arte naif”, comienza a ser valorada por un círculo de investigadores y coleccionistas entre los cuales se cuenta Juan Uribe Echevarría, profesor y literato de origen español que dedicó buena parte de su labor como investigador a recomponer la tradición de la Lira Popular, los cantos campesinos y la tradición oral, principalmente de las zonas centrales del país. Formado en esta tradición, Nemesio Antúnez, pintor, grabador y, más adelante, como director del Museo Nacional de Bellas Artes, gran promotor del arte popular, construyó un puente entre las artesanías y las artes contemporáneas. El grabado de portada de esta compilación de cantos campesinos es una muestra de esta integración de estilos y tiempos. El libro cuenta con una serie de fotografías (sin autoría señalada) en la que se retrata a varios de los cantores y sus instrumentos. Transcribe además recuerdos, versos y canciones en partitura.

[ Colección Biblioteca Nacional de Chile ]

Nosotros somos los hombres de la Reforma Agraria



CORA-Corporación de la Reforma Agraria, Departamento de Desarrollo Campesino, Sergio Larraín (fotografías)
Santiago, Imprenta Mueller, 1967

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El fotógrafo Sergio Larraín había contribuido ya con la vertiente social de la iglesia con su serie dedicada a las niñas y niños que vivían en los alrededores del Río Mapocho, acogidos por el sacerdote jesuita Alberto Hurtado, fundador del Hogar de Cristo. La Corporación de la Reforma Agraria (CORA) le hace el encargo de una segunda serie para promover la Reforma Agraria como un acto de solidaridad social. Larraín recorre campos de la zona central del país retratando rostros y manos campesinas, tierra arada, herramientas y alimentos, componiendo una suerte de afiche que integra imagen y frases cortas y significativas (de autoría no asignada). Además de una edición como folleto plegable, la composición fue publicada como inserto a página completa en el diario La Nación en 1967. Se trata de un material destinado a un público urbano, no necesariamente involucrado con la Reforma Agraria, pero que podía hacer un contrapeso a la intensa oposición del mundo conservador latifundista.

[ Colección Biblioteca Nacional de Chile ]

Reforma Agraria Chilena: 1965-1970



CORA-Corporación de la Reforma Agraria, Departamento de Desarrollo Campesino, Eduardo Vilches (portada), Clara Mejias y Bob Borowicz (fotografías)
Santiago, Cora, 1970

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Este libro es un recuento de las acciones tomadas por el Estado de Chile en los primeros cinco años de la Reforma Agraria y, como tal, cierra el periodo liderado por la Democracia Cristiana bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva. La radicalización del proceso reformista durante el gobierno de Salvador Allende generó nuevas instancias de integración con el arte, sin embargo se mantuvo una misma línea estética: técnicas contemporáneas como la fotografía y el grabado valiéndose de motivos de la cultura popular rural. En este caso, la portada del grabador Eduardo Vilches representa herramientas campesinas y las fotografías de Clara Mejias y Bob Borowicz, realizadas especialmente para la publicación. Dentro se reproducen además obras de Nemesio Antúnez, Fortunato San Martín y Santos Chávez. Esta selección es resultado de la participación de Carmen Waugh como “curadora” del libro, presencia tutelar de las artes visuales durante el periodo de Allende que más tarde tuvo un papel fundamental en el resguardo de la memoria artística de Chile durante los violentos años de la dictadura.

[ Colección Biblioteca Nacional de Chile ]

Historias testimoniales de mujeres del campo



Ximena Valdés, Sonia Montecinos, Kirai de León, Macarena Mack, Verónica Barraza (grabados).
Santiago, Universidad Academia de Humanismo Cristiano, 1983

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En plena dictadura, un grupo de investigadoras de las ciencias sociales se articula para volcar su mirada al campo. Allí encuentran otra forma de opresión: miseria, abandono y machismo. Encuentran otra forma de resistencia: redes de colaboración entre mujeres, economía doméstica y cultivo de oficios campesinos. Descubren, también, otra forma de hacer investigación: se sientan a escuchar a quienes reconocen como protagonistas de la historia, recuperan testimonios, ceden la palabra. Los grabados realizados por la artista Verónica Barraza acompañan cada testimonio con un retrato, incorporando elementos que describen el paisaje y el oficio como parte de la imagen de cada entrevistada. Las estampas siguen la estética de la Lira Popular, lo que fortalece la comprensión de la xilografía como un arte popular.

[ Colección Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (CEDEM) | Biblioteca Nacional Digital ]

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