Los primeros pasos del arte litográfico aplicado a la ilustración gráfica en Chile: 1850-1870

La litografía fue introducida en Chile hacia 1820, siendo un dominio fundamentalmente de impresores extranjeros establecidos en el país como César Hipólito Bacle, Armand Roger y Jean Baptiste Lebas. Si bien este procedimiento de reproducción de imágenes se utilizó para ilustrar libros, álbumes y otras hojas sueltas, hacia 1850 se constata su incipiente uso en el ámbito de las publicaciones periódicas. En esa década, la incorporación de componentes gráficos, aunque todavía bastante escasa, comenzó a ser más sistemática que en décadas anteriores, advirtiéndose la inclusión sostenida de la imagen en números consecutivos de un mismo impreso.

Ejemplo de ello lo constituyen semanarios y revistas que por esta época (y aún más en los años 60) incluyeron estampas litografiadas en sus páginas como La enciclopedia de la infancia (1857-1858) y El correo literario (1ª época: 1858). Aunque la litografía no permitía la combinación de caracteres tipográficos e imagen en una sola entintada —factor angular para reducir tiempos y costos de producción— igualmente se erigió como el procedimiento manual de elaboración de la imagen aplicado al mundo impreso de mayor difusión en Chile, muy por sobre lo que ocurrió con el grabado en madera. A su difundido uso, se suma su carácter versátil, puesto que fue utilizado en “papeles” de diverso género y orientación editorial, dedicados a las artes y la literatura, a la escolarización e instrucción infantil y, especialmente, al naciente humor gráfico y sátira política ilustrada como se advierte en El cóndor (1863) y La linterna del diablo (1ª época: 1867-1869).

La presente selección reúne un conjunto de publicaciones que principiaron en la utilización de este medio en las décadas de 1850 y 1860, cuya expansión, pensamos, favoreció la aparición cada vez más regular de la imagen en impresos periódicos chilenos. En los documentos acá presentados puede observarse, además, la iniciación de los primeros exponentes locales de este arte gráfico aplicado a la producción editorial, algunos anónimos y al margen del sistema de las bellas artes y otros, artistas con formación académica y reconocimiento social, como los pintores y dibujantes Antonio Smith y Benito Basterrica.

Investigación y recopilación de los documentos aquí presentes por María José Delpiano. Doctora© en Estudios Americanos por la Universidad de Santiago y Magíster en Artes, mención Teoría e Historia del Arte por la Universidad de Chile. Ha enseñado en pregrado en el Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile y en el Departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado. Entre 2017 y 2019 se desempeñó como investigadora asociada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago. Sus recientes líneas de investigación abordan problemas relativos a la cultura gráfica republicana de Chile y Perú.

Contacto: mj.delpiano.k@gmail.com

 

Documentos

El mosaico, Nº 4



Manuel Blanco Cuartín
Santiago, 5 de julio de 1846

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Semanario dedicado a las letras, la ciencia y las bellas artes, editado por el escritor y periodista Manuel Blanco Cuartín. En sus páginas puede advertirse la todavía esporádica inclusión de imágenes, propia de los periódicos chilenos anteriores a la década de 1850. De los 12 números que tuvo su primera etapa, solo 2 incluyeron anónimas litografías a página completa. En su segunda época (1860), el editor declara su intención de ofrecer ilustraciones de forma regular, cuestión que no pudo cumplir.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

La enciclopedia de la infancia, Año I, Entrega 1



Enrique María de Santa Olalla, Director de la Escuela Normal Mercantil
Valparaíso, 1 de junio de 1857. Imprenta de J. B. Lebas

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Del pedagogo español Enrique María de Santa Olalla, puede considerarse una publicación inédita para el ámbito editorial chileno. De orientación didáctica, tuvo el objetivo de ejercitar la lectura y ofrecer un pasatiempo, así como instrucción moral a los niños, cubriendo transversalmente todos estratos sociales gracias a su bajo costo. Se planteó, asimismo, un alcance nacional, con un tiraje que habría llegado a los 10 mil ejemplares en sus tres primeros números. La publicación contó con diversas secciones, incluyendo una dedicada a tipos chilenos, que conformó una excepcional galería de 16 personajes.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

La enciclopedia de la infancia, Año I, Entrega 18



Enrique María de Santa Olalla, Director de la Escuela Normal Mercantil
Valparaíso, 26 de septiembre de 1857. Imprenta de J. B. Lebas

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Ilustrado profusamente en cada una de sus 23 entregas, el semanario (a excepción de los textos tipográficos) parece haber sido litografiado casi por completo. Los manuscritos autografiados y su combinación con elementos visuales en la misma página llevan a pensar en el uso de papel de transferencia, el cual permitía el traspaso de imágenes y escritos sin necesidad de dibujar directamente sobre la piedra ni de componer en el sentido inverso. Al parecer, sería el propio Santa Olalla el autor de varias ilustraciones, ya que en éstas se reconoce la firma E.M., suerte de monograma que podría remitir a sus iniciales.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

El correo literario, Año I, Nº 1 (1ª época)



José Antonio Torres
Santiago, 18 de julio de 1858. Imprenta del Conservador

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Dirigido por José Antonio Torres, colaboraron intelectuales locales como Guillermo Matta, Alberto y Guillermo Blest Gana y Diego Barros Arana. Profundamente opositor al gobierno de Manuel Montt, el semanario fue pionero en el género del humor gráfico en Chile asociado a impresos periódicos, aunque no estuvo dedicado exclusivamente a este. Más bien, puede considerarse un ejemplo de publicación híbrida, propia de esta época, en la cual convivían secciones relativas a las artes visuales, la literatura, la política, la industria y las costumbres. Luego de 22 números fue cancelado por razones políticas. Tuvo dos épocas más: 1864-65 y 1867.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

El correo literario, Año I, Nº 6 (1ª época)



José Antonio Torres
Santiago, 21 de agosto de 1858. Imprenta del Conservador

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El semanario incluyó 3 o 4 litografías a página completa en su sección final, toda una novedad para la época. Fue Antonio Smith quien facturó algunos de estos dibujos y aunque anunció su salida del periódico en el número 5, logró conformar una de las primeras “galerías de representantes”, compuesta por caricaturas de personalidades políticas del período. Sus ilustraciones de tono satírico fueron impresas en el establecimiento litográfico de Eustaquio Guzmán, especialista en la reproducción de partituras. También realizó sus aportes gráficos a la revista el pintor Benito Basterrica.

El cóndor, Año I, Nº 2



Manuel Blanco Cuartín
Santiago, 21 de junio de 1863. Imprenta de El correo

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Tomó partido en su redacción el escritor Manuel Blanco Cuartín, editor de El mosaico. Al igual que El correo literario, este periódico tuvo un carácter híbrido, abordando temáticas relacionadas con la literatura y la contingencia política. En su sección final, ofrecía litografías de humor gráfico a página completa, dibujadas presumiblemente a tinta, colaborando con ello a la consolidación del género en la cultura gráfica local. A diferencia de El correo… no es posible rastrear entre sus hojas datos sobre autoría de las imágenes (más allá de iniciales aisladas) ni participación de talleres litográficos.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

La linterna del diablo, Año I, Nº 1



Desconocido
23 de agosto de 1867. Imprenta de la Unión Americana

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Es de las primeras publicaciones en avanzar hacia la consolidación de la sátira ilustrada como género específico en la prensa chilena. Atacó de forma beligerante a la iglesia y al clero locales. En su primer número incluyó algunas imágenes anónimas intercaladas con el texto tipográfico, presumiblemente xilografías. Asimismo, su llamativo frontispicio debió ser facturado con el mismo procedimiento.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

La linterna del diablo, Año I, Nº 2



Desconocido
12 de septiembre de 1867. Imprenta de la Unión Americana

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Si bien la intención de los editores fue continuar ilustrando el semanario con grabados en madera, jactándose, incluso, del abuso de la litografía en el parque impresor chileno, el periódico hubo de someterse a este medio para perpetuar la aparición de la imagen en sus entregas. Sus anónimas estampas se ubican en un lugar privilegiado: dos hojas completas en el cuerpo central de la publicación.

[Colección Biblioteca Nacional de Chile]

 

Textos de Investigadores
Referencias Latinoamericanas