Conformación del Museo de la Solidaridad
Las políticas generadas durante los Gobiernos de Eduardo Frei Montalva (Demócrata Cristiano) y de Salvador Allende (Socialista) dieron pie a un sin número de reformas sociales que intervinieron de lleno en la cultura chilena, entre las que destaca la promoción de la cultura dentro del país a través de un programa democrático y de total acceso al pueblo chileno (exposiciones, festivales, encuentros, conciertos, entre otras acciones).
Dentro de este contexto es que en 1970 se creó el Instituto de Arte Latinoamericano (IAL), bajo la dirección de Miguel Rojas Mix y la coordinación general de María Eugenia Zamudio. Este instituto tuvo por interés cultivar las relaciones latinoamericanas, partiendo por países como Cuba, Argentina y Uruguay, centralizando la investigación y extensión de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile. De estos esfuerzos surgieron importantes proyectos, entre los que destacan el Encuentro de Artistas Plásticos del Cono Sur y la idea de conformar un Museo de Arte Latinoamericano.
A poco andar, las políticas socialistas comenzaron a ser cuestionadas internamente por sectores políticos de derecha y deslegitimadas a través de la prensa, generando una gran desaprobación que decantó en una amplia polarización de la sociedad. En respuesta, Salvador Allende realizó el encuentro contra-informativo Operación Verdad (Marzo, 1971), invitando a intelectuales de la época a visitar Chile y ver con sus propios ojos la coyuntura del país. Posterior a su visita, estos intelectuales podrían transmitir su experiencia en el primer régimen socialista elegido democráticamente. Dentro de los participantes se encontraba el senador y artista italiano Carlo Levi y el crítico de arte y periodista español José María Moreno Galván, quienes al llegar a Chile —luego de reunirse con artistas y estudiantes en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC)— propusieron a Salvador Allende la idea de conformar el primer museo cuya colección fuese gestada mediante donaciones de artistas internacionales en apoyo al gobierno socialista chileno. Ante la necesidad de gestionar tal ofrecimiento, Allende convocó por medio del Departamento de Cultura a Danilo Trelles, Mário Pedrosa, José Balmes (decano de la Facultad de Bellas Artes) y Miguel Rojas Mix (director del IAL), quienes deberían vislumbrar la manera de materializar la propuesta. Es justamente en este punto donde la idea de Rojas Mix de hacer un Museo de Arte Latinoamericano en el IAL, y la idea de Levi y Moreno Galván de hacer un museo con donaciones internacionales para el pueblo chileno, decantaron en la conformación del Museo de la Solidaridad.
Esta institución se ideó inicialmente como un Museo de Arte Moderno, el cual fue acogido momentáneamente por el IAL y cuyas gestiones se realizan en primera instancia —a falta de espacio propio y por los vínculos institucionales de los involucrados—, bajo el alero de la Universidad de Chile. El proyecto sería dirigido por el activista político, intelectual y exiliado brasileño Mário Pedrosa, importante crítico y pensador del arte latinoamericano, con amplia red de contactos internacionales e ideas vanguardistas en torno al arte moderno de aquellos años, quien además incorpora el rasgo “experimental” al museo. Una de sus primeras acciones para llevar a cabo el proyecto fue la conformación de un Comité Internacional de Solidaridad Artística con Chile (CISAC) presidido por él e integrado por curadores, directores de museos y críticos internacionales. Estos estuvieron encargados de proponer y gestionar artistas donantes para su colección. El Comité estableció, a través de un documento de presentación (Declaración Necesaria, Noviembre 1971) sus características y funciones, así como las motivaciones ideológicas de las donaciones; pero sin mencionar su destino, ya que el museo no sería anunciado públicamente aún.
A través de la gestión conjunta entre IAL, CISAC, las embajadas en los distintos países que recibieron las donaciones de artistas y otros colaboradores externos, guiados por la figura de Mário Pedrosa, fue posible la primera aparición pública de las obras donadas, en la Feria Chilexpo ´72. Dicha presentación, realizada con motivo de la UNCTAD III, se llevó a cabo en las dependencias del Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en aquel entonces en el Partenón de la Quinta Normal.
Tras esta acción pública, fue creado un borrador del Decreto del Museo de la Solidaridad, que definía a la institución como un Museo de Arte Moderno y Experimental con fines educativos, culturales y de acceso democrático, integrado por un Consejo Asesor Superior de carácter diverso y pluriestamental, que incluía representantes de los distintos agentes del cuerpo social, cuya sede oficial sería —luego de estar provisionalmente destinado a las instalaciones de la ex UNCTAD— el Edificio de Defensa de la Raza ubicado en el Parque O’Higgins.
Mientras se remodelaba y habilitaba la futura sede, se propuso durante el segundo semestre de 1972 un programa de actividades que contemplaba una exposición itinerante a realizarse al año siguiente en sedes universitarias, centros laborales y otros espacios en diferentes ciudades del país, y la organización de dos muestras. La primera, que incluía las nuevas obras incorporadas a la colección, se inauguró el jueves 19 de abril en dependencias del MAC y fue organizada por la Dirección de Cultura de la Presidencia, la Facultad de Bellas Artes y el CISAC (IAL); y la segunda, destinada a obra gráfica, se inauguró el día 25 del mismo mes en el Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral (edificio de la ex UNCTAD III).
El 11 de septiembre de 1973, la historia del país y del museo cambió abruptamente a raíz del Golpe de Estado dirigido por Augusto Pinochet. Debido al lineamiento ideológico del museo, emblema cultural del Gobierno de la Unidad Popular, ambas exhibiciones fueron intervenidas por las fuerzas armadas: la exposición en la ex UNCTAD fue desalojada y las obras que se encontraban guardadas en el MAC tras su desmontaje, desde el 20 de agosto de ese año, fueron retenidas.
El entramado de archivos que sustenta este acotado relato, permite dar testimonio de los principales hitos del Museo de la Solidaridad (1971-1973), pero también, y reforzado por la abundante correspondencia que no forma parte de la selección que acompaña a este texto, da cuenta de la importancia de la figura de Mário Pedrosa como columna vertebral de la gestión de la colección y el desarrollo del concepto del museo. Si bien la proposición de una idea inédita dentro de los modelos de creación de estas instituciones daba enorme libertad al proyecto, la precariedad de la situación chilena, las dificultades burocráticas y jurídicas, sumados a la lejanía que obstaculizó las comunicaciones entre Pedrosa y los miembros del CISAC, limitaron sus posibilidades reales, dependiendo enormemente de las redes de amistad y del rol de Pedrosa para vincular e impulsar la acción. A propósito de estos vínculos, resulta interesante como manifestación del rasgo democrático del socialismo chileno, que la organización de una institución que se planteaba tan importante en el acceso a la cultura fuera —en sabia concordancia con el origen de las donaciones— independiente del gobierno, más aún, curada y seleccionada en buena parte por extranjeros.
Los documentos que aquí se adjuntan, corresponden a una selección del Fondo Histórico del Archivo del MSSA, que dan cuenta, por medio de correspondencia y documentación institucional, del proceso de conformación del museo y constituye, dada las particularidades del proyecto y su contexto de desarrollo, una huella de los cruces entre historia del arte, política y sociedad.
Investigación y recopilación de los documentos aquí presentes por Sebastián Valenzuela-Valdivia, Investigador y Encargado de Acceso y Difusión del Archivo MSSA, y Catalina Miranda C., Investigadora y Pasante en Archivo MSSA
Contacto: archivo@mssa.cl